Ante la próxima Jornada del 25 de noviembre por la eliminación de la violencia hacia las mujeres, nos unimos a estas palabras del papa Francisco que claman ante una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual.
El ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, que es amor y comunión en libertad. No hay amor ni comunión si no hay libertad. Nunca el amor aprieta y menos aún ahoga. Y nunca el amor es indiferente al sufrimiento de los otros. La esencia del ser humano es su capacidad de cuidar. El maltrato rompe la fraternidad y el cuidado. El buen trato nos habla de Dios.
Que las mujeres víctimas de la violencia nos sientan radical, afectiva y efectivamente a su lado, mostrando nuestro firme compromiso de ser una comunidad transformada por el Dios manifestado en Jesús, que es amor liberador, uniendo esfuerzos con otros colectivos en la denuncia y reivindicación de medidas a favor de las víctimas de la violencia y de su prevención.