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07.04.2014

Más de 70 años acompañando a las mujeres de la calle

La Asociación Pública de Fieles, Mater Misericordiae, cuya principal labor es la de acompañar y ayudar a las mujeres prostituidas haciéndose presente en su mundo, han vuelto a organizar unas charlas para este tiempo de Cuaresma. Hoy celebrarán la última, en su Centro Social, a partir de las cinco de la tarde. Mañana, día 10, el obispo celebrará junto a ellas, por tercer año consecutivo, la eucaristía que comenzará a las 17:30 h. Carmen Bocos, la actual responsable, da cuenta del recorrido de Mater Misericordiae en la capital.

En el Centro Social, situado en la plaza de la Cantera, desarrollamos múltiples actividades: como son la formación cultural y religiosa, clases de ordenador, reparto de ropa o clases de castellano. Ayudamos a estas mujeres manteniendo un encuentro personal con ellas allí donde se encuentren: en las calles, bares o clubes. Además contamos con una amplia red de colaboradores que nos acompañan en esta labor.
¿Cuál es el origen de la Asociación?
Fue fundada en 1942 por la barakaldesa Juliana Monzón Sigueros. Una mujer con una gran preocupación y compromiso por otras mujeres, las más marginadas de la sociedad: las prostitutas. Las religiosas de Santa Ana atendían el Dispensario de Higiene Especial. Juliana acudió por primera vez a este dispensario para visitar a las mujeres que estaban ingresadas por enfermedades venéreas y ahí sintió profundamente el deseo de dedicar su vida a la evangelización en estos ambientes. En 1956 se dio el decreto de Abolición de la prostitución y el Dispensario se cerró. Durante unos años Mater Misericordiae siguió atendiendo a las mujeres en el último piso. El año 1969, la Asociación se trasladó a la plaza Cantera y en el Centro Social atendemos a muchas mujeres.
¿A quiénes van dirigidas las Charlas Cuaresmales?
Las organizamos para mujeres en situación de exclusión social en el barrio de Bilbao donde se practica la prostitución y donde hay más pobreza entre las mujeres inmigrantes. El recorrido por la calle Cortes y sus clubes para invitar a las mujeres es importante aunque no acudan. Establecemos diálogos de amistad que ellas agradecen.
¿Y dan fruto?
Las oraciones por el fruto de las Charlas se notan. Una joven sudamericana va a dejar de estar en la calle y regresará con su familia. Está muy contenta y ha participado en los Cursillos de Cristiandad del fin de semana. Otra mujer que lleva 30 años `haciendo la calle´ y que no nos aceptaba la invitación, este año lo ha hecho y ha comenzado a acudir al Centro a aprender mecanografía en el ordenador.